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Cocaína

Usa tu nariz sólo para respirar

¡La droga de la velocidad, el polvo de la locura!

Comportamientos como los cambios repentinos de humor o la irritabilidad sin justificación pueden ser algunos síntomas de la cocaína a nivel psicológico. Cuando la persona ha consumido recientemente, experimenta una sensación de seguridad o un incremento del apetito sexual, que puede acabar derivando en depresión o pérdida del deseo sexual cuando el nivel de cocaína en sangre desciende.
A nivel físico, también pueden observarse síntomas como pérdida de peso, palidez de la piel, disfunción sexual, rinitis crónica o congestión generales del sistema respiratorio.
Esta droga actúa directamente sobre el sistema nervioso central y periférico, y produce una fuerte dependencia física y psicológica. Los efectos de la cocaína son inmediatos, ya que tarda solo 8 segundos en llegar al cerebro y los efectos máximos se generan al cabo de 30 segundos. Más tarde, el individuo siente una gran ansiedad y necesita consumir otra dosis.
La cocaína, provoca problemas cardiovasculares, alteraciones neurológicas y otros trastornos psicopatológicos. A parte de aumentar el riesgo de ictus en adultos, la cocaína acelera el corazón y puede acabar generando infarto de miocardio. Además, cuando el consumo de cocaína se realiza por vía intravenosa, se está expuesto a enfermedades como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o la hepatitis.
A pesar de sus graves consecuencias, el consumo de cocaína en España es el segundo más elevado del mundo y el primero a nivel europeo.
La desintoxicación de la cocaína requiere de supervisión médica y debe hacerse siguiendo el tratamiento adecuado; de lo contrario, el paciente sufrirá un síndrome de abstinencia grave, con nauseas, vómitos, ansiedad y taquicardia.

Estadísticas del consumo de cocaína

CONSUMO ALGUNA VEZ EN LA VIDA:

10%
CONSUMO MENSUAL:

2%
CONSUMO DIARIO:

1%
CONSUMIDORES DE RIESGO:

0,3%

*Datos extraídos del Observatorio Español de la Droga y las Toxicomanías (OEDT) del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. El estudio se realiza para la población española en el año 2016.

La cocaína causa un intenso viaje de corta duración seguido inmediatamente por su opuesto: depresión intensa, tensión nerviosa y ansia por más droga. Los que la consumen a menudo no se alimentan ni duermen apropiadamente. Pueden experimentar un marcado incremento del ritmo cardíaco, espasmos musculares y convulsiones. La droga puede hacer que la gente se sienta paranoica, 1 enojada, hostil y ansiosa, incluso cuando no están bajo su influencia.

Sin tener en cuenta la cantidad de la droga que se use o la frecuencia de su consumo, la cocaína incrementa el riesgo de ataque cardiaco, apoplejía o fallos respiratorios, cualquiera de los cuales puede resultar en una muerte repentina.

  • Pérdida del apetito
  • Ritmo cardíaco, presión sanguínea y temperatura corporal incrementadas
  • Estrechamiento de vasos sanguíneos
  • Ritmo respiratorio incrementado
  • Pupilas dilatadas
  • Hábitos de sueño trastornados
  • Náusea
  • Hiperestimulación
  • Comportamiento extraño, errático, a veces violento
  • Alucinaciones, hiperexcitabilidad, irritabilidad
  • Alucinaciones táctiles que crean la ilusión de insectos desplazándose bajo la piel.
  • Euforia intensa
  • Ansiedad y paranoia
  • Depresión
  • Intensa ansiedad por tomar droga
  • Pánico y psicosis
  • Convulsiones, ataques y muerte repentina por dosis altas (incluso con una sola vez)

La expresión “droga endemoniada” se acuñó originalmente hace muchos años para describir los efectos secundarios negativos del consumo constante de cocaína. Según aumenta la tolerancia a la droga, se vuelve necesario tomar cantidades cada vez más grandes para lograr la misma intensidad. El uso prolongado diario causa privación de sueño y pérdida de apetito. Una persona puede volverse psicótica y empezar a tener alucinaciones.

Como la cocaína interfiere con las formas en que el cerebro procesa las sustancias químicas, uno necesita más y más droga tan sólo para sentirse “normal”. La gente que se vuelve adicta a la cocaína (como a la mayoría de las otras drogas) pierde interés en otras áreas de la vida.

El bajón de la droga causa una depresión tan severa que la persona hará casi cualquier cosa para obtener la droga; incluso asesinar.

Y si no puede conseguir cocaína, la depresión se vuelve tan intensa que puede llevar al adicto al suicidio.

  • Daños permanentes al sistema circulatorio del corazón y el cerebro
  • Presión alta, que ocasiona ataques al corazón, apoplejía y la muerte
  • Daño renal, pulmonar e hígado
  • Si se inhala, destrucción de los tejidos nasales
  • Si se fuma, fallos respiratorios
  • Enfermedades infecciosas y abscesos si se inyecta
  • Desnutrición, pérdida de peso
  • Grave deterioro de los dientes
  • Alucinaciones auditivas y táctiles
  • Problemas sexuales, daño a los órganos reproductores e infertilidad (en hombres y mujeres)
  • Desorientación, apatía, agotamiento confuso
  • Irritabilidad y alteraciones del humor
  • Frecuencia incrementada de comportamiento peligroso
  • Delirio o psicosis
  • Depresión severa
  • Tolerancia y adicción (incluso después de consumirla sólo una vez)

La cocaína es un estimulante extremadamente adictivo que afecta directamente al cerebro. La cocaína ha sido llamada la droga de los años ochenta y noventa por su gran popularidad y uso extendido en esas décadas. Sin embargo, no es una droga nueva. En realidad, la cocaína es una de las drogas que se conoce desde hace más tiempo. Las hojas de la coca, de donde se obtiene la cocaína, se han ingerido por miles de años, mientras que la sustancia química pura, el clorhidrato de cocaína, se ha consumido por más de 100 años. A principios del siglo XX, por ejemplo, la cocaína purificada se convirtió en el principio activo básico que se empleaba en la mayoría de los tónicos y elíxires creados para tratar una gran variedad de enfermedades.

La cocaína pura era extraída originalmente de la hoja del arbusto de la coca del género Erythroxylum, que crecía principalmente en Perú y Bolivia. En la década de los noventa, y después de varios esfuerzos para reducir el cultivo en esos países, Colombia se convirtió en el país con mayor cultivo de coca. Hoy en día, la cocaína es una droga clasificada bajo la Lista II (“Schedule II”) de la Ley sobre Sustancias Controladas, lo que significa que se considera que tiene un gran potencial para ser abusada, pero que puede ser administrada por un doctor para usos médicos legítimos, por ejemplo, como anestesia local en ciertos tipos de cirugías de los ojos, oídos y garganta.

La cocaína usualmente se vende en la calle en forma de un polvo blanco, fino y cristalino que se conoce en español como “coca”, “nieve”, “dama blanca” o “talco”. Algunos de sus nombres en inglés son “coke”, “C”, “snow”, “flake” y “blow”. Los traficantes generalmente mezclan la cocaína con otras sustancias inertes, tales como la maicena, el talco o el azúcar; o con ciertas drogas activas como la procaína (una anestesia local de composición química parecida) u otros estimulantes, como las anfetaminas. Algunos consumidores combinan la cocaína con la heroína en lo que suelen llamar un “speedball” (en español también se conoce como “revuelto”, “rebujo”, “francés” o “café con leche”).

Hay dos formas químicas de la cocaína que suelen consumirse: la sal de clorhidrato (que es soluble en agua) y los cristales de cocaína o base, conocida en inglés como “freebase” (que no son solubles en agua). La sal de clorhidrato, o la forma en polvo de la cocaína, se consume de forma inyectada o inhalada (“snorting”). Los cristales de cocaína o freebase han sido procesados con amoniaco o bicarbonato sódico y agua y luego calentados para eliminar el clorhidrato y producir una sustancia que se puede fumar. El término “crack”, el nombre de la calle para los cristales o base de cocaína, se refiere al sonido crujiente que se oye al fumar esta mezcla.

+ Corto plazo

La cocaína causa un intenso viaje de corta duración seguido inmediatamente por su opuesto: depresión intensa, tensión nerviosa y ansia por más droga. Los que la consumen a menudo no se alimentan ni duermen apropiadamente. Pueden experimentar un marcado incremento del ritmo cardíaco, espasmos musculares y convulsiones. La droga puede hacer que la gente se sienta paranoica, 1 enojada, hostil y ansiosa, incluso cuando no están bajo su influencia.

Sin tener en cuenta la cantidad de la droga que se use o la frecuencia de su consumo, la cocaína incrementa el riesgo de ataque cardiaco, apoplejía o fallos respiratorios, cualquiera de los cuales puede resultar en una muerte repentina.

  • Pérdida del apetito
  • Ritmo cardíaco, presión sanguínea y temperatura corporal incrementadas
  • Estrechamiento de vasos sanguíneos
  • Ritmo respiratorio incrementado
  • Pupilas dilatadas
  • Hábitos de sueño trastornados
  • Náusea
  • Hiperestimulación
  • Comportamiento extraño, errático, a veces violento
  • Alucinaciones, hiperexcitabilidad, irritabilidad
  • Alucinaciones táctiles que crean la ilusión de insectos desplazándose bajo la piel.
  • Euforia intensa
  • Ansiedad y paranoia
  • Depresión
  • Intensa ansiedad por tomar droga
  • Pánico y psicosis
  • Convulsiones, ataques y muerte repentina por dosis altas (incluso con una sola vez)
+ Largo plazo

La expresión “droga endemoniada” se acuñó originalmente hace muchos años para describir los efectos secundarios negativos del consumo constante de cocaína. Según aumenta la tolerancia a la droga, se vuelve necesario tomar cantidades cada vez más grandes para lograr la misma intensidad. El uso prolongado diario causa privación de sueño y pérdida de apetito. Una persona puede volverse psicótica y empezar a tener alucinaciones.

Como la cocaína interfiere con las formas en que el cerebro procesa las sustancias químicas, uno necesita más y más droga tan sólo para sentirse “normal”. La gente que se vuelve adicta a la cocaína (como a la mayoría de las otras drogas) pierde interés en otras áreas de la vida.

El bajón de la droga causa una depresión tan severa que la persona hará casi cualquier cosa para obtener la droga; incluso asesinar.

Y si no puede conseguir cocaína, la depresión se vuelve tan intensa que puede llevar al adicto al suicidio.

  • Daños permanentes al sistema circulatorio del corazón y el cerebro
  • Presión alta, que ocasiona ataques al corazón, apoplejía y la muerte
  • Daño renal, pulmonar e hígado
  • Si se inhala, destrucción de los tejidos nasales
  • Si se fuma, fallos respiratorios
  • Enfermedades infecciosas y abscesos si se inyecta
  • Desnutrición, pérdida de peso
  • Grave deterioro de los dientes
  • Alucinaciones auditivas y táctiles
  • Problemas sexuales, daño a los órganos reproductores e infertilidad (en hombres y mujeres)
  • Desorientación, apatía, agotamiento confuso
  • Irritabilidad y alteraciones del humor
  • Frecuencia incrementada de comportamiento peligroso
  • Delirio o psicosis
  • Depresión severa
  • Tolerancia y adicción (incluso después de consumirla sólo una vez)
+ ¿Que es?

La cocaína es un estimulante extremadamente adictivo que afecta directamente al cerebro. La cocaína ha sido llamada la droga de los años ochenta y noventa por su gran popularidad y uso extendido en esas décadas. Sin embargo, no es una droga nueva. En realidad, la cocaína es una de las drogas que se conoce desde hace más tiempo. Las hojas de la coca, de donde se obtiene la cocaína, se han ingerido por miles de años, mientras que la sustancia química pura, el clorhidrato de cocaína, se ha consumido por más de 100 años. A principios del siglo XX, por ejemplo, la cocaína purificada se convirtió en el principio activo básico que se empleaba en la mayoría de los tónicos y elíxires creados para tratar una gran variedad de enfermedades.

La cocaína pura era extraída originalmente de la hoja del arbusto de la coca del género Erythroxylum, que crecía principalmente en Perú y Bolivia. En la década de los noventa, y después de varios esfuerzos para reducir el cultivo en esos países, Colombia se convirtió en el país con mayor cultivo de coca. Hoy en día, la cocaína es una droga clasificada bajo la Lista II (“Schedule II”) de la Ley sobre Sustancias Controladas, lo que significa que se considera que tiene un gran potencial para ser abusada, pero que puede ser administrada por un doctor para usos médicos legítimos, por ejemplo, como anestesia local en ciertos tipos de cirugías de los ojos, oídos y garganta.

La cocaína usualmente se vende en la calle en forma de un polvo blanco, fino y cristalino que se conoce en español como “coca”, “nieve”, “dama blanca” o “talco”. Algunos de sus nombres en inglés son “coke”, “C”, “snow”, “flake” y “blow”. Los traficantes generalmente mezclan la cocaína con otras sustancias inertes, tales como la maicena, el talco o el azúcar; o con ciertas drogas activas como la procaína (una anestesia local de composición química parecida) u otros estimulantes, como las anfetaminas. Algunos consumidores combinan la cocaína con la heroína en lo que suelen llamar un “speedball” (en español también se conoce como “revuelto”, “rebujo”, “francés” o “café con leche”).

Hay dos formas químicas de la cocaína que suelen consumirse: la sal de clorhidrato (que es soluble en agua) y los cristales de cocaína o base, conocida en inglés como “freebase” (que no son solubles en agua). La sal de clorhidrato, o la forma en polvo de la cocaína, se consume de forma inyectada o inhalada (“snorting”). Los cristales de cocaína o freebase han sido procesados con amoniaco o bicarbonato sódico y agua y luego calentados para eliminar el clorhidrato y producir una sustancia que se puede fumar. El término “crack”, el nombre de la calle para los cristales o base de cocaína, se refiere al sonido crujiente que se oye al fumar esta mezcla.

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