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La adicción: el circuito de recompensa (placer y dopamina)

En el Instituto Bolena | Tratamiento de Adicciones en Málaga recopilamos artículos de interés relacionados con la enfermedad de la adicción. Nos apoyamos de la información necesaria para ayudar a recuperar a nuestros pacientes.  En esta ocasión queremos compartir un artículo de Justina Kucinskaite (Psicóloga y especialista en patologías asociadas en Drogodependencias) que trascribimos a continuación.

 INTRODUCCIÓN

Aquí estamos, tu y yo, uno enfrente del otro, se me empieza hacer agua la boca, trago la saliva, suspiro profundamente, cierro los ojos, abro la boca lentamente y doy un suave mordisco. El chocolate cruje y se empieza a derretir dentro de mi boca… ¡Oh Dios, que placer!

¿Pero a qué se debe esta agradable sensación, y estas ganas de volver a consumir una y otra vez? Pues bien, se debe a la activación del famoso neutrotransmisor dopamina y su circuito de la recompensa.

DOPAMINA: EL CIRCUITO DE LA RECOMPENSA

La dopamina es un neurotransmisor que se encuentra en las regiones del cerebro que regulan el movimiento, la emoción, la motivación y los sentimientos de placer. Tanto el exceso como la deficiencia de esta sustancia química vital son la causa de varias enfermedades. El Parkinson y la adicción son algunos ejemplos de problemas asociados a niveles anormales de la dopamina.

Se trata de un circuito cerebral existente no sólo en el ser humano sino compartido con la gran mayoría de los animales. Es, por tanto, un sistema primitivo. De manera natural, este circuito es básico para la supervivencia del individuo y de la especie, ya que de él dependen actividades placenteras como la alimentación, la reproducción, etc. La activación del circuito de recompensa facilita el aprendizaje y el mantenimiento de las conductas de acercamiento y consumatorias, en principio, importantes y útiles para la adaptación y la supervivencia.

DOPAMINA Y CONSUMO DE DROGAS

De alguna manera, el consumo de sustancias secuestra, piratea, dicho circuito del placer, y consigue que el sujeto aprenda y tienda a realizar conductas de consumo de la sustancia, así como a mantener en su memoria estímulos contextuales que posteriormente pueden servir de desencadenantes del consumo. Así, el circuito de recompensa es una vía común de reforzadores tanto naturales como artificiales (como las drogas). Esta misma vía, parece ser común para otro tipo de adicciones, conductuales, como son la adicción al juego (ludopatía), el uso de Internet, adicción a las compras, sexo, etc.

El objetivo último del sistema de recompensa es perpetuar aquellas conductas que al sujeto le proporcionan placer. El consumo de sustancias, ya sea de manera directa o indirecta, supone un incremento del neurotransmisor básico de este circuito, la dopamina, por lo que el efecto hedónico aparece amplificado. El hecho de que la dopamina esté aumentada parece ser que es lo que refuerza el deseo de consumir la droga. Las drogas como: los opiáceos, etanol, nicotina, anfetaminas y cocaína provocan una acumulación de dopamina en el núcleo accumbens, por ejemplo la cocaína mantiene niveles elevados de dopamina al inhibir la recaptación del neurotransmisor, y esto produce una acumulación de la dopamina en niveles exagerados.

¿POR QUÉ LAS DROGAS SON MÁS ADICTIVAS QUE LAS RECOMPENSAS NATURALES?

Cuando se toman algunas drogas adictivas, pueden liberar de 2 a 10 veces más la cantidad de dopamina que las recompensas naturales, como comer y tener sexo. Cuando las drogas se fuman o se inyectan, esto ocurre casi de inmediato y los efectos pueden durar mucho más que los producidos por las recompensas naturales. Los efectos resultantes sobre el circuito de recompensas del cerebro son gigantescos en comparación con los producidos por los comportamientos naturales de placer. El efecto de una recompensa tan poderosa motiva fuertemente a la gente a consumir drogas una y otra vez.

¿QUÉ PASA AL CEREBRO SI SEGUIMOS CONSUMIENDO DROGAS?

Para el cerebro, la diferencia entre las recompensas naturales y las recompensas producidas por las drogas se puede describir como la diferencia entre alguien que susurra al oído y alguien que grita con un micrófono. Así como rechazamos el volumen demasiado alto de una radio, el cerebro se ajusta a las oleadas abrumadoras de dopamina (y otros neurotransmisores), produciendo menos dopamina o disminuyendo el número de receptores que pueden recibir señales. Como resultado, el impacto de la dopamina sobre el circuito de recompensas del cerebro de una persona que abusa de las drogas puede llegar a ser anormalmente bajo, y se reduce la capacidad de esa persona de experimentar cualquier tipo de placer.

Así, una persona que abusa de las drogas eventualmente se siente aplacada, sin vida y deprimida, y es incapaz de disfrutar de las cosas que antes le resultaban placenteras. Ahora, la persona necesita seguir consumiendo drogas una y otra vez sólo para tratar de que la función de la dopamina regrese a la normalidad—, lo cual solo empeora el problema, como un círculo vicioso. Además, la persona a menudo tendrá que consumir cantidades mayores de la droga para conseguir el efecto deseado y que le es familiar que resulta, un fenómeno de la dopamina alta, conocido como tolerancia.

¿QUÉ PUEDO HACER SI TENGO BAJOS NIVELES DE DOPAMINA?

Varios estudios confirman que la depresión está relacionada con niveles bajos de dopamina en varias zonas del cerebro. Los resultados sugieren que no sólo la depresión podría estar unida a niveles anómalamente bajos de dopamina, sino que el grado de depresión está inversamente ligado a los niveles centrales de dopamina.
Una persona que deja de consumir drogas, se encuentra en unos niveles muy bajos de la dopamina, por lo tanto tiene mismas síntomas que una persona que padece una depresión. Para aumentar los niveles de la dopamina se aconseja hacer ejercicio, meditar, dormir bien, una alimentación saludable, aprender nuevas cosas y evitar el estrés.

Deporte

Haz ejercicio. Los niveles de transmisores, incluyendo la dopamina, se elevan después de un ejercicio vigoroso, lo que ayuda a aumentar la sensación de calma y capacidad de concentración.

Meditación

La meditación aumenta la liberación de dopamina. El yoga también tiene algunos movimientos que ayudan a aumentar el flujo sanguíneo al cerebro. Junto con el aumento de sangre vienen oxígeno y glucosa, que son los componentes básicos de los neurotransmisores como la dopamina.

Dormir

Duerme bastante. Una de las mejores formas para sentirse listo y con energía es dormir lo suficiente. La dopamina se asocia a la sensación de vigilia, así que duerme entre 7 a 8 horas diarias para conseguir esta sensación.

Aprender

Aprender cosas nuevas es mucho más seguro y gratificante. Tocar un instrumento, realizar actividad física, o simplemente escuchar música interviene en el sistema que produce la dopamina, en parte porque al hacerlo se aprende algo y hemos evolucionado de tal manera que gozamos al adquirir nueva información.

Dietas

Aliméntate con comidas ricas en tirosina, como las bananas, especialmente si están bien maduras, son un alimento excepcional para la regulación de la dopamina porque tienen una alta concentración de tirosina. Otras fuentes alimenticias de tirosina incluyen almendras, manzanas, sandías, cerezas, yogur, frijoles, huevos y carnes.

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1 comentario para este post
  1. Lucía

    La adicción es la gran desconocida, a pesar de que mucha gente la padece y la padecerá, la sociedad no se lo pone fácil y muchas veces ni lo entiende. Gracias a iniciativas como ésta, las personas con la enfermedad podrán ver un hilo de luz en su camino y recuperar su vida, su felicidad e ilusión.

    Hacéis una gran labor, mucha suerte y ánimo a todos!!!!

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